En la ciudad que se elevó como el ave fénix para convertirse en un centro vital del Sur, la nueva Iglesia de Scientology se compromete a sacar a cada comunidad de las drogas, el crimen y el abuso de los derechos humanos.
Abril en Atlanta es la época en que florecen los cerezos silvestres, lo que crea bóvedas de flores blancas, y alguna que otra rosa. Cuando una gran parte de la capital cultural y financiera del Sur se cubre de blanco con los cerezos silvestres, la ciudad celebra el alegre renacimiento tras el invierno.
Y en un rincón de Atlanta, en el concurrido cruce de Roswell Road y Glenridge Drive, el 2 de abril de 2016, la alegría de la época del cerezo silvestre se vio acompañada de otra ocasión muy especial: la inauguración de la nueva Iglesia de Scientology de Atlanta.
La religión ha estado bien establecida en Atlanta desde 1973, pero la nueva Iglesia es algo de lo que hay que hablar. Sí, irradia encanto sureño por sus 4,200 m², con majestuosas columnas y elegantes pórticos. Pero al Viejo Sur hace mucho que se lo llevó el viento, y el Nuevo Sur es un lugar de bullicio y de conseguir que las cosas se hagan, en este lugar de nacimiento del Movimiento de los Derechos Civiles, la ciudad que se autodefine como “demasiado ocupada para odiar”.
Así, la gran inauguración la presidió el líder eclesiástico de Scientology, David Miscavige, quien proclamó a los scientologists locales: “A esta ciudad se le recuerda correctamente como fuente inagotable de derechos civiles y un catalizador del compromiso. Y aunque es todavía un lugar de encanto entrañable y recuerdos nostálgicos, bueno, esperen hasta que vean todo lo demás que se recordará con nostalgia: ahora que han establecido esta Iglesia en Atlanta”.
Lo que se recordará es que esta Iglesia más grande, diseñada con precisión, acelerará más y más scientologists por sus rutas a la libertad espiritual. Al mismo tiempo, la Iglesia de Atlanta estará en las líneas del frente de la lucha contra los narcóticos y el abuso psiquiátrico, defendiendo los derechos humanos y los otros esfuerzos humanitarios de Scientology.
De hecho, pocos días tras la inauguración, jóvenes miembros de la Iglesia se aliaron con la oficina del Congresista John Lewis para defender los derechos humanos; una coalición de la que la Iglesia es miembro, promovió abril como el mes de la Prevención del Maltrato Infantil; la Iglesia ofreció un almuerzo al Clero de Color Preocupado para abordar los problemas del aumento de la violencia en la nación; los voluntarios de “La Verdad Sobre las Drogas”, una iniciativa de la Iglesia, distribuyeron folletos educativos sobre las drogas por toda la ciudad.
Esas actividades, y muchas, muchas más, se auguraban en los discursos de la inauguración de la Iglesia.
El Reverendo James Milner, que había marchado con el Reverendo Martin Luther King Jr., dijo a la multitud: “Las drogas son el todopoderoso opresor hoy en día. Causan que la gente pierda su humanidad”. Refiriéndose a La Verdad Sobre las Drogas, dijo: “usamos los materiales, nuestros asesores los usan, y … el consumo de drogas ha caído”.
Orlando Johnson del Centro Ágape habló sobre El Camino a la Felicidad, la guía no religiosa de ética y moralidad de L. Ronald Hubbard. “Nos ocupamos de los adictos, nos ocupamos de los delincuentes y los que quieran empezar una vida de nuevo. Es un público duro, pero después de que una persona pasa a través de una clase de El Camino a la Felicidad en nuestro centro, veo como el mensaje permanece con ellos”.
La Senadora del Estado de Georgia, Donzella James habló de la pérdida de su hermana a manos de la psiquiatría. “No había nadie de nuestro lado hasta que llegaron a las salas de nuestro capitolio estatal con la Comisión de Ciudadanos por los Derechos Humanos y la exhibición de La Psiquiatría: Una Industria de la Muerte. Desde ese momento, hemos colaborado para llevar esta información. … Hemos introducido legislación para atacar la raíz del problema, y esta nueva Iglesia es un lugar para llegar a la gente, para seguir propagando el mensaje”.
La multitud rápidamente captó el mensaje de que esto era pura Georgia, conforme los jóvenes músicos ofrecían una animada interpretación de “Georgia en Mi Recuerdo” de Ray Charles. Y sí, la ceremonia se realizó, hubo visitas por el edificio, y un centro de información pública en el que no quedaron asientos libres.
Conforme el 2016 se aproxima a su fin, la Iglesia de Atlanta todavía realiza eventos llenos a rebosar. Los scientologists todavía se despliegan por todo Atlanta, y se dirigen hacia otras partes en el Sur en misiones humanitarias.
